Cartas de suicidio: despedidas absolutas

abstenerse góticos y fans de Tim Burton

sábado, junio 03, 2006

Carta de suicidio de una estrella del rock

Acabo de tener la revelación más maravillosa. Me acabo de despertar y a mi lado hay una mujer que no conozco, esta tía me importa una mierda, pero me ama, no, no me ama, me adora de una forma religiosa, el hecho de que yo me la follara, el hecho de que se prestara a todos mis caprichos es lo mejor que le ha pasado en la vida, no puedo ser más poderoso.
Ahora lo comprendo, he alcanzado lo máximo que puede alcanzar un ser humano, gente que no conozco moriría por mí, mataría por mí. Gente a la que desconozco, a la que podría destruir sin esfuerzo mientras mi manager va por cocaína, me odia y aborrece con toda su alma, son hormigas odiando a un Dios. Mi sola mención los inunda de bilis, se encolerizan mientras yo, que no tengo ni puta idea de quienes son, me follo a sus hermanas.
En este punto ya no me queda nada por hacer, me volaré la cabeza en lo más alto, moriré sabiendo que soy el rey del mundo, mientras tanto, insulsas hormiguitas llorarán mi muerte, algunas porque me echan de menos y otras por no poder haberme matado personalmente.
A los que me amasteis, yo nunca os amé, solo os utilice como recipiente para mis fluidos. A los que me odiasteis, yo jamás os odié, solo me limité a disfrutar mi vida, a hacer lo que me daba la gana mientras limpiaba el barro de mis botas con vuestras quejas.
Soy mejor que vosotros, y muero ahora para consagrarme en el Olimpo sin correr el riesgo de convertirme en uno de vosotros. Ambos morimos, yo ahora para ser siempre recordado, tú algún día para permanecer olvidado.

Soy un Dios.



Forma de suicidio recomendada: sobredosis o volarse la cabeza