Cartas de suicidio: despedidas absolutas

abstenerse góticos y fans de Tim Burton

martes, junio 27, 2006

Carta de suicidio de Melanie

Escribo esto cuando el orgasmo da los últimos coletazos por mi cuerpo. Estoy tan feliz que quiero morir, deseo morir. Si antes escribo esto es para dejar constancia que no me suicido porque esté deprimida o triste, mi vida no es un valle de rosas pero la se gobernar con un poco de mano izquierda, me suicido para determinar el último momento de mi vida, para decidir el punto final, y quiero que sea después de correrme.
No es que yo sea una obsesa sexual ni una ninfomanía, el sexo ni siquiera es el centro de mi vida, pero no creo que haya mejor sensación que los segundos siguientes a un orgasmo, con la piel aun cubierta de sudor y algún delicado espasmo en las piernas.
Ahora mismo no lo tengo decidido, pero cuando leáis está carta estaré felizmente muerta, supongo que será después de masturbarme, quiero hacerlo sola para que sea más intimo y no meter a nadie en problemas con la policía, además, si no llama a la policía seguramente me arroje envuelta en mantas a un pantano fangoso, y claro, si muero desnuda y extasiada no quiero terminar descuartizada y embarrada.
Aun no tengo claro como voy a matarme, no he pensado la forma exacta de pasar de estar tumbada con los pezones erizados a estar cadáver, pero ya se me ocurrirá. Lo que si sé es lo que voy a hacer justo antes de morir. Me tumbaré desnuda en la cama, respirare tranquila unos minutos y cuando me de cuenta estaré acariciándome el monte de Venus, sin prisas bajaré mi mano izquierda hasta mis labios y los arañaré delicadamente, mientras besaré los dedos de mi mano derecha, después recorreré todo mi torso con esa mano, deslizando los dedos húmedos por la saliva por mis pezones. Después mi mano izquierda abrirá mi vulva para que los dedos de mi otra mano jugueteen con su interior, para que recorran cada milímetro de mi secreto. Durante un rato juguetearé hasta llegar al clítoris, al cual primero mimaré lentamente, sin prisas, recorriendo cada porción de su superficie, perdiéndome en sus texturas. Al rato mis dedos comenzarán una frenética danza circular a través de mi alma, haciendo que mi mente se expanda y mi cuerpo sea recorrido por una electricidad azul. Cuando mi cuerpo denso se haya convertido en pócima prohibida mi mano izquierda dejará de arañarme los muslos y explorará mis interiores con el cuidado que un religioso cuida una reliquia. Aunque he de decir que lo que empezó como un solemne acto de candidez terminará en una vorágine de espasmos y lascivia, donde mis dedos escarbarán en mi carne en busca de algo tan puro que es maligno. Hasta que todo termine en un suspiro que vale por veinte vidas de monja.
Bueno, si lees esto es que estoy muerta, al lado tuyo, desnuda y tal, pero tranquilo (seas quién seas) estoy muerta pero tranquila, yo diría que incluso feliz.

Un beso a todos.



Forma de suicidio recomendada: Esta no se suicida, cuando “termine” y tenga que matarse seguro que no lo hace, se duerme placidamente…

1 Comments:

At 2:17 p. m., Anonymous Anónimo said...

En realidad, la tal "Melanie" de esta carta se suicidará al tener un segundo orgasmo (del primero parece que ni se ha dado cuenta, por lo que no estaba satisfecha lo suficiente como para suicidarse), jejejeje.

 

Publicar un comentario

<< Home