Cartas de suicidio: despedidas absolutas

abstenerse góticos y fans de Tim Burton

viernes, julio 07, 2006

carta de suicidio de un nihilista

Me mato para no ser como vosotros, no sois más que unos malditos hipócritas, me engañasteis, os ofrecí mi confianza y lo único que hicisteis fue arrojarla al suelo y reíros de mí, no se puede confiar en esta maldita sociedad.
Yo era una persona tremendamente religiosa, era beata y feliz, de todos los domingo a misa y de vez en cuando una excursión parroquial a una ermita perdida en el monte a tocar la guitarra y a cantar canciones absurdas, ayudaba en misa y daba clases de catequesis a los niños, era un apoyo importante de la comunidad. Hasta que comencé a dudar y seguí vuestros consejos.
Había algo que no entendía, la sociedad al completo parecía funcionar al margen de Dios, no había un solo atisbo de Religión por ninguna parte excepto en algunas celebraciones, en las que Dios no era más que una excusa para la juerga. Y en ningún momento parecía que Dios tomara cartas en el asunto, los inmorales salían impunes y los que cantaban sus alabanzas no eran mucho más felices. En el coro de la iglesia una pareja tenía una hija inválida, y yo, en la soledad de los cantos, pensaba por qué Dios les había mandado tal cosa si eran personas totalmente creyentes y fieles.
La solución a todos mis dudas llego, como no, por la taimada filosofía y por la más oscura de sus vertientes, el nihilismo. Según estos lunáticos Dios no existe y el hombre no es más que un hombre que debe ser libre y seguir sus instintos en pos de llegar a ser alguien mejor, al principio todo me sonaba a cuento chino hasta que le fui encontrando su lógica. Todo cobraba cierto sentido en aplicándolo a nuestra sociedad, una sociedad hedonista y narcisista que vive por y para el placer, una sociedad que presentaba una vida para ser vivida y disfrutada.
Yo acepté las nuevas normas del juego y comencé a vivir de nuevo, siguiendo mis impulsos naturales para lograr conquistar la libertad y llegar a ser un superhombre, sobre decir que hubo mucho sexo a lo largo de este camino, sexo y trasgresión.
Pues bien, no fue todo tan maravilloso, al principio el mundo aceptaba dichoso mi cambio pero cuanto más evolucionaba, cuanto más mejoraba, a la sociedad le iba pareciendo peor, al parecer mi independencia y mi total desprecio hacia cualquier tipo de moral era algo inadmisible. Los condones de fresa están bien para la intimidad, pero follar comer abundantemente en la playa es una obscenidad.
Yo no entiendo a esta sociedad, primero reniega aparentemente de la moral para después mostrarse como una cáscara vacía formada por una decencia mal heredada de aquí y allí, vuestro único límite es vender y encasillaros, no sois, como yo pensaba, una sociedad nihilista, sois una sociedad hipócrita que vende camisetas con eslóganes punk sin saber lo que significan.
Y como yo no quiero formar parte de vuestro invento voy a acabar con mi vida, moriré y no tendré ni cielo ni infierno, sólo una inocua inconciencia en la que olvidar quién fui. Al menos estos años de aprendizaje me han servido para ver la verdad de la naturaleza humana y la falsedad de la sociedad. Cuando se juntan más de cinco personas y no es para una orgía sólo pueden generar estupideces y degradación.

Seguid viviendo y perpetuando la falacia, gilipollas.



Forma de suicidio recomendada: Inmolarse con una bomba en una iglesia o un corte inglés, cualquiera de los dos templos vale.

lunes, julio 03, 2006

carta de suicidio de un hombre que hacía maquetas

Me cago en la puta madre de todos los niños del mundo, no puedo matarlos a todos, pero tú lo vas a pagar, quiero que esto pese en tu conciencia, cabrón.
Ahora mismo tienes 19 años, pero esta carta la escribí cuando no tenías más de 8 años. Si te ha llegado ahora es porque cuando me quité la vida, por tu culpa, le di la carta a un amigo mío para que te la entregara hoy. Quizás no te acuerdes, haz un poco de memoria.
Por aquella época vivías en un edificio ocre de la calle Sol, no sé si sigues viviendo ahí, ahora eso da igual, deberías recordar al vecino que vivía en el piso de al lado, un hombre gordo y con bigote, ese era yo, construía maquetas, ¿te acuerdas, hijo de la gran puta? Claro que sí, una vez vinieron los de la tele para hacerme una entrevista y todo, iba a estar en el libro de los record Guinness, estaba construyendo una maqueta del castillo de Hogwarts de casi dos metros de alto, iba a ser famoso, hasta que tú lo jodiste.
Entraste en mi piso un día con tu madre, ella quería algo de la cocina, no sé lo que pasó mientras estábamos en la cocina tu madre y yo, sólo se que oí el peor sonido de la tierra, el gemido de la madera rompiéndose, el pegamento desgarrándose y el papel pinocho pidiendo clemencia.
Tu madre te cogió y salió rauda de mi piso, tu familia lleva como dos semanas desaparecida, supongo que esperando que me calme y así no te mate, pero ya me da igual, matándote no ganaría nada y no voy a volver a empezar la maqueta, llevaba haciéndola cinco años y me quedaban por lo menos tres más, no ya no empiezo.
Por todo esto ahora voy a ir a suicidarme por ti, quiero que lo lleves siempre en la conciencia, que sepas que mataste a un hombre, que una broma infantil acabó con la vida de una persona.

Asesino.



Formas de suicidio recomendada: taponarse todos los orificios del cuerpo con pegamento ultra rápido y morir de asfixia.